novembro 30, 2012

"Umas e outras com Jaguar" (Observatório da Imprensa)

ENTREVISTA / JAGUAR

Umas e outras com Jaguar


Algumas das histórias de Jaguar, um dos maiores cartunistas e chargistas do Brasil. Do grupo fundador do jornal O Pasquim, ele revolucionou a imprensa brasileira ao publicar entrevistas na íntegra, sem utilizar a linguagem formal do jornalismo. Dono de uma relação famosa com os bares, autor do livro Confesso que bebi, Jaguar concedeu essa entrevista ao programa Diverso, da Rede Minas, exibido em 22/9/2009.
 
 
 
Publicado em 24/05/2012 por
22/09/2009 - O Diverso desvenda os traços e conta algumas histórias de um dos maiores cartunistas e chargistas do Brasil: Jaguar. Um dos fundadores do jornal O
Pasquim, ele revolucionou a imprensa brasileira ao publicar entrevistas na
íntegra, sem utilizar linguagem formal do jornalismo. Dono de uma relação
famosa com os bares, autor do livro "Confesso que bebi", Jaguar conta no
programa curiosos casos pessoais como o dia em que ele jogou ovos na
Academia Brasileira de Letras, protestando contra a nomeação do
ex-ministro do Planejamento (Governo Castello Branco), Roberto Campos.
 

Observatório da Imprensa: Obsessão pela ignorância; A saúde está doente. A mídia também; Política e banditismo, tudo a ver; A informação como direito fundamental; A psicanálise na mídia

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"¿Y por qué no podría existir una televisión de los Sin Tierra?", por Eduardo Sales de Lima (Rebelión)

PICICA: "Se suele decir que los medios no son el “cuarto poder” sino el “quinto elemento”. Tenemos el agua, la tierra, el fuego, el aire y… los medios de comunicación. Vivimos inmersos en ellos. De ahí la importancia de la calidad de lo que se produce en estos medios. Pero en nuestro caso brasileño, ¿será que podemos hablar realmente de “redemocratización” si, entre tantos problemas heredados de la dictadura, el acceso a los medios sigue tan limitado? He aquí otra dimensión de la vida nacional: vivimos en un estado de excepción permanente. La dictadura configuró un modelo comunicacional que, aún después del régimen militar, sigue en pie. Basta con investigar el papel de los medios privados en los últimos grandes casos de conflictos ambientales y agrarios para comprobar cómo operan (Raposa Sierra del Sol, MP 458, Código Forestal, Bello Monte…)." 



Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 30-11-2012

Entrevista a Silvio Mieli, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación y Filosofía de la Pontificia Universidad Católica (PUC-SP)
"¿Y por qué no podría existir una televisión de los Sin Tierra?"

Brasil de Fato


Silvio Mieli es periodista y profesor de la Facultad de Comunicación y Filosofía de la Pontificia Universidad Católica (PUC-SP). Su opinión se suma a las recientes manifestaciones por la Democratización de la Comunicación en Brasil, como la que se produjo el día 15 de octubre en Sao Paulo, frente al Hotel Renaissance donde se estaba reuniendo la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa, grupo de dueños de grandes medios NdT). En esta oportunidad, los representantes del Colectivo “Intervozes” y del “Foro Nacional por la Democratización de la Comunicación” (FNDC) entre otras organizaciones, levantaron carteles denunciando los abusos practicados por algunas emisoras de radio y de televisión, periódicos y revistas. Desde luego, una de las conclusiones del reciente estudio del investigador Tiago Cubas, del Núcleo de Estudios, Investigaciones y Proyectos sobre la Reforma Agraria (Nera/Unesp), “São Paulo Agrario: representaciones de la disputa territorial entre campesinos y ruralistas de 1988 a 2009”, va en la misma dirección : los medios privados totalizan la visión de las relaciones capitalistas en el campo; de ahí los estereotipos y el rechazo a los sujetos y modos de producción alternativos.

En esta entrevista, Silvio Mieli analiza la coyuntura de la lucha por la democratización de la comunicación en Brasil.

Brasil de Fato – Hace tiempo que se ejerce una violencia física desde los poderes públicos y privados en contra de los Sin Tierra, por medio de policías y de milicias armadas. La cobertura de los medios tradicionales aborda estos hechos de forma tendenciosa. ¿Por qué la violencia contra el pobre ha sido tan naturalizada y hasta ignorada por los medios privados hasta hoy?
  Silvio Mieli – En primer lugar es preciso recordar que los medios privados son ultraconservadores. El conservador encuentra natural que un millardo de personas pasen hambre en el mundo. También pasa a ser natural — y típico de los conservadores — que se use la violencia contra aquellos que quieran salir de esa situación. Como dice el filósofo Giorgio Agamben, a los medios les gustan las personas indignadas pero pasivas. Los grandes periódicos no tendrán ningún problema para mostrar niños hambrientos viviendo en un vertedero pero reprobarán vehementemente cualquier acción directa para corregir esa injusticia. La misma concentración de la tierra tiene como espejo la concentración de los medios de comunicación en Brasil. En el primer caso robaron tierras públicas o compraron tierras robadas. En el segundo se apoderaron del espectro radioeléctrico mediante favores políticos o por el poder económico, o por ambas vías. Es por estas razones que el sistema es capaz de todo cuando se intenta cuestionar la propiedad de la tierra o de un medio de comunicación. No fue ninguna casualidad que el lema de la democratización de los medios en los años 1980 fuera: “¡Reforma Agraria en el Aire!”. En la tierra como en el aire estamos lidiando con los mismos problemas: la cuestión de la propiedad, su uso social y cuáles modelos de desarrollo deben ser implementados.

Brasil de Fato – En términos prácticos, ¿qué tipo de relación existe entre los periódicos locales (y nacionales) y el agronegocio para criminalizar así a los campesinos pobres?
  Silvio Mieli – Todas las familias que monopolizan los medios en Brasil son (directa o indirectamente) grandes terratenientes. La familia Saad (grupo Bandeirantes), que recientemente también invirtió en el ramo de los medios impresos, es de grandes empresarios agropecuarios, Octávio Frías (padre) era uno de los mayores empresarios del agro.

Por lo tanto, además del servilismo, existen intereses directos en el sector. Muchos políticos, aún entre los que se creen muy poderosos, se volvieron office-boys de las grandes corporaciones. En cuanto a los grandes vehículos comunicacionales, se transformaron en promotores de eventos de esas grandes empresas.

Brasil de Fato – Después de la llamada “redemocratización” (post-dictadura), ¿cuál ha sido el peso de los medios (locales y nacionales) en el proceso de naturalización de la violencia contra los pobres y los Sin Tierra y de qué manera han obstaculizado la reforma agraria?
  Silvio Mieli – Se suele decir que los medios no son el “cuarto poder” sino el “quinto elemento”. Tenemos el agua, la tierra, el fuego, el aire y… los medios de comunicación. Vivimos inmersos en ellos. De ahí la importancia de la calidad de lo que se produce en estos medios. Pero en nuestro caso brasileño, ¿será que podemos hablar realmente de “redemocratización” si, entre tantos problemas heredados de la dictadura, el acceso a los medios sigue tan limitado? He aquí otra dimensión de la vida nacional: vivimos en un estado de excepción permanente. La dictadura configuró un modelo comunicacional que, aún después del régimen militar, sigue en pie. Basta con investigar el papel de los medios privados en los últimos grandes casos de conflictos ambientales y agrarios para comprobar cómo operan (Raposa Sierra del Sol, MP 458, Código Forestal, Bello Monte…).

Brasil de Fato – ¿Qué podría hacer un gobierno más progresista o la propia sociedad más esclarecida para que estos medios evolucionen hacia una comunicación más equilibrada?
  Silvio Mieli – Veamos el ejemplo de la “pentecostalización” de los medios en Brasil. La invasión de corporaciones que se autodenominan iglesias es uno de los mayores problemas contemporáneos en la comunicación masiva en Brasil. Ya convivíamos con una serie de otros problemas, ahora tenemos este de más. ¿Y qué hizo el Estado? Amplió el espacio y el poder de esos grupos, inclusive a través de alianzas político-partidarias.

Entregó redes de televisión a grupos que no representan ninguna fuerza cultural local, que agreden las tradiciones religiosas de matrices africanas y hacen proselitismo del capitalismo como religión. Está claro que hace falta luchar por el control social de los medios pero creo que el camino no es lo de reformar lo que existe ni de quitar las propagandas estatales.

En la lucha por la democratización de la comunicación tenemos que usar la misma táctica del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra: la ocupación del espectro improductivo (ya sea en el ámbito social, cultural o pedagógico, lo que inclusive tiene respaldo constitucional). No me refiero a ocupar los estudios de la Globo sino, más allá del espacio que el movimiento social viene conquistando en internet, a luchar por medios en manos de los movimientos sociales. ¿Por qué no podría haber una MSTV, una televisión del MST? Llegó la hora de que los movimientos sociales hablen directamente al pueblo, sin intermediarios y no sólo por la internet sino también a través de las ondas electromagnéticas, o de lo que queda de ellas.
 
Traducción del portugués: Thierry Deronne
Versión en francés: http://mouvementsansterre.wordpress.com/2012/11/25/bresil-pourquoi-pas-une-television-des-sans-terre/
URL de este artículo: http://escuelapopularcineytv.wordpress.com/2012/11/25/reforma-agraria-del-aire-en-brasil-y-por-que-no-podria-existir-una-television-de-los-sin-tierra/


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Fuente: Rebelión

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PLENÁRIA POLÍTICAS MUNICIPAIS DE SAÚDE MENTAL

Trabalhadores e trabalhadoras de Saúde Mental, militantes antimanicomiais, usuários e usuárias. Todo mundo!!! Plenária organizada pelo pré-mandato Renato Cinco [vereador eleito do PSOL] para debatermos e propormos políticas municipais de saúde mental no Rio de Janeiro.
Sua presença é fundamental!

novembro 29, 2012

"Direitos das minorias sexuais, uma luta mundial", por Gabriel Girard, Daniela Rojas Castro

PICICA: "A partir do fim dos anos 1990, os movimentos LGBT se inscreveram majoritariamente em uma perspectiva baseada na noção de igualdade de direitos entre casais homossexuais e heterossexuais. Logo depois da Holanda (2001), os países escandinavos adaptaram progressivamente sua legislação nesse sentido. Espanha (em 2005) e Portugal (em 2006) autorizaram o casamento e a adoção. África do Sul e Canadá (em 2005), depois Argentina (em 2010), votaram por sua vez legislações igualitárias, assim como alguns estados do Brasil (Alagoas), do México (Distrito Federal, Quintana Roo) e dos Estados Unidos (Connecticut, Iowa, Massachusetts, New Hampshire, Nova York, Washington, Washington DC e Maryland). Por fim, em quase vinte países a homofobia constitui um fator agravante para um crime." 


LÉSBICAS, GAYS, BISSEXUAIS E TRANS
Direitos das minorias sexuais, uma luta mundial

Promessa de campanha de François Hollande, a lei que autoriza o casamento de pessoas do mesmo sexo deve ser votada em janeiro. Enquanto um número crescente de Estados – em particular na Europa e na América Latina – avança na igualdade de direitos, outros continuam punindo a homossexualidade com prisão ou pena de morte  

por Gabriel Girard, Daniela Rojas Castro 
 


No momento em que a França debate o casamento homossexual e a Argentina promulga uma lei autorizando a mudança de sexo, a melhoria nas condições de existência de pessoas lésbicas, gays, bi e trans (LGBT)1 é incontestável. Agora parece distante o tempo em que essaspreferências sexuais eram motivo para uma “lei sobre a periculosidade e a reabilitação social” (Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social), como na Espanha, ou eram vigiadas pelo “grupo de controle de homossexuais da delegacia de polícia de Paris” – a primeira foi abolida em 1979, o segundo, em 1981. Mas a evolução é ainda mais contrastante do que parece. As desigualdades e discriminações fundadas na orientação sexual perduram: em dezenas de países, a repressão do Estado e as violências, frequentemente ligadas a fundamentalistas religiosos, condenam as pessoas LGBT à clandestinidade.
No início dos anos 1980, na maioria dos países ocidentais, as reivindicações LGBT focavam as questões de reconhecimento social e legal. No contexto da epidemia nascente da aids, enquanto as mortes se multiplicavam, a falta de direitos dos parceiros de mesmo sexo criava situações dramáticas, posto que o sobrevivente não tinha nenhuma existência jurídica. As primeiras leis tratando dos casais homossexuais foram instauradas na Europa do Norte (Dinamarca, Noruega, Islândia e Suécia) no início dos anos 1990. Essa onda de obtenção de direitos, que é bem ilustrada pelo Pacto Civil de Solidariedade Francês (o Pacs, votado em 1999), procedeu de uma iniciativa – apoiada pelos partidos social-democratas – que unia tolerância e reconhecimento social, e cuja lógica política era em primeiro lugar a da diferenciação: as uniões dos casais de mesmo sexo não davam acesso aos mesmos direitos que o casamento, principalmente no que dizia respeito à paternidade e adoção.2 Mas esses primeiros avanços abriram novos horizontes reivindicativos.

A partir do fim dos anos 1990, os movimentos LGBT se inscreveram majoritariamente em uma perspectiva baseada na noção de igualdade de direitos entre casais homossexuais e heterossexuais. Logo depois da Holanda (2001), os países escandinavos adaptaram progressivamente sua legislação nesse sentido. Espanha (em 2005) e Portugal (em 2006) autorizaram o casamento e a adoção. África do Sul e Canadá (em 2005), depois Argentina (em 2010), votaram por sua vez legislações igualitárias, assim como alguns estados do Brasil (Alagoas), do México (Distrito Federal, Quintana Roo) e dos Estados Unidos (Connecticut, Iowa, Massachusetts, New Hampshire, Nova York, Washington, Washington DC e Maryland). Por fim, em quase vinte países a homofobia constitui um fator agravante para um crime.

Repressão oficial e reprovação social

Analisar esses avanços legais como resultado de uma lenta, mas profunda, evolução das mentalidades revela-se, no entanto, uma leitura errônea. As resistências permanecem fortes; são atestado disso a posição da Igreja Católica francesa ou espanhola sobre o casamento homossexual, ou, nos Estados Unidos, a assinatura, pelo candidato republicano à presidência, Mitt Romney, do Federal Marriage Amendment, que visa limitar o casamento aos casais heterossexuais. E as violências verbais e físicas continuam a marcar o cotidiano de muitas pessoas LGBT.

Além do mais, o reconhecimento de seus direitos está longe de ser conquistado e universal. As relações entre pessoas do mesmo sexo continuam sendo ilegais em 78 países, onde elas podem ser punidas com prisão ou até a morte. E, independentemente da rigidez das legislações, as práticas homossexuais constituem alvos privilegiados pelos regimes políticos e correntes religiosas desejosos de impor uma forma de autoridade “moral”. Muitos países da África e do Oriente Médio se caracterizam pela acentuação, ao longo da última década, de uma homofobia virulenta e por vezes assassina, particularmente dirigida por correntes fundamentalistas do islã. Assim, na Arábia Saudita, no Irã, no Iêmen, na Nigéria, no Sudão, no Afeganistão e na Mauritânia, os atos homossexuais continuam sendo passíveis de pena de morte. Três homens foram decapitados na Arábia Saudita em 2002. No Irã, dois adolescentes foram executados em julho de 2005, e um terceiro, condenado em 2010, deve sua salvação a uma mobilização internacional. No Iraque, mesmo com a homossexualidade legalizada, milícias islamitas armadas massacraram diversas centenas de pessoas desde 2004.3 Mas as outras religiões não ficam atrás. Em Uganda, os pastores evangélicos (principalmente a Igreja Born Again) se indignaram com a “indulgência” de uma legislação que prevê prisão perpétua para qualquer pessoa acusada de ato homossexual: eles militam para substituí-la pela pena de morte.

Nesse contexto, as pessoas LGBT estão condenadas à clandestinidade, com o medo do estigma levando até mesmo suas famílias a reprimi-las ou denunciá-las. As mobilizações locais continuam sendo arriscadas: as intimidações e violências contra os militantes são frequentes, quando estes não são simplesmente assassinados.4 As redes de solidariedade que se desenvolvem via internet continuam sendo frágeis, já que a denúncia e a repressão da homossexualidade estão comumente ligadas a uma desconfiança com relação a valores considerados “ocidentais”. Em Camarões, no início de 2011, foi sob esse pretexto que o governo denunciou a participação financeira da União Europeia em programas de apoio aos direitos das minorias sexuais. Recentemente, em Uganda, diversas ONGs internacionais, acusadas de “recrutar homossexuais” entre os jovens ugandenses, foram proibidas de entrar no país.

Às discriminações legais que atingem os grupos de “sexualidade desprezada”,5 se acrescentam as que se referem à saúde. Os dados sobre infecção pelo vírus HIV deixam clara essa vulnerabilidade específica. Por exemplo, na América Latina e no Caribe, a Organização Mundial da Saúde (OMS) indica que: “Mesmo que o prevalecimento do HIV seja inferior a 1% entre a população geral na maioria dos países da região, ele é, por vezes, entre cinco e vinte vezes mais elevado nos homens que têm relações sexuais com homens (HSH).6 A estigmatização e a discriminação associadas à homofobia alimentam a epidemia”.7 Em escala internacional, uma grande maioria de HSH permanece de fora dos programas de prevenção à aids.8 Diante da estigmatização, da violência e das legislações que penalizam a homossexualidade, eles preferem frequentemente renunciar aos cuidados para não correr o risco de que sua sexualidade seja revelada para a família, a comunidade ou denunciada às autoridades. Por isso é muito difícil estabelecer dados precisos da epidemia entre os HSH em muitos países da África do Oeste. Em outros lugares, como na Rússia, a negação do poder público a respeito da epidemia contribui diretamente para o cálculo aproximativo dos números e enfraquece os dispositivos de prevenção e cuidados.

No entanto, mesmo quando existem estruturas de saúde e as pessoas LGBT têm acesso aos serviços, elas enfrentam a ignorância e os preconceitos do corpo médico. Assim, tal profissional não pedirá um teste de HIV sob o pretexto de seu paciente “não parece ser homossexual” ou “ser casado”. Um de seus colegas vai soltar uma “piada” de mau gosto sobre “as bichas”. Outros tentarão se livrar deles, como alguns dentistas fazem com pessoas soropositivas (espera interminável, medidas de segurança ostensivas...). As lésbicas não escapam a essas desigualdades de tratamento. Por causa de discriminações vividas ou antecipadas, a fraca recorrência a exames ginecológicos tem consequências diretas sobre o aumento das infecções sexualmente transmissíveis, como o vírus do papiloma humano (HPV), ou de alguns cânceres. Quanto à transidentidade, ela continua sendo considerada uma doença mental e figura ainda com esse título nos referenciais médicos que representam a autoridade em escala internacional, tais como o Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM, Manual diagnóstico e estatístico dos problemas mentais).

No final dos anos 1990, o surgimento nos Estados Unidos de uma mobilização a respeito da “saúde gay” (ou “saúde LGBT”) marcou a renovação de uma reflexão crítica sobre os objetivos dos cuidados médicos.9 Se só diz respeito, por enquanto, a uma fatia limitada da população, majoritariamente masculina, branca, financeiramente estável e urbana, pelo menos, seu mérito foi renovar relações com uma história de ação coletiva e comunitária. Na aurora do feminismo, os movimentos de emancipação gays e lésbicos pós-1968 marcaram o início de novas formas de luta, baseadas na visibilidade e na politização do íntimo, que questionavam o conjunto da esquerda. Nascidos nos Estados Unidos, os grupos de libertação homossexual apareceram em toda a Europa: na Inglaterra, com o Gay Liberation Front (Frente de Libertação Gay); na França, com o Front Homosexuel d’Action Révolucionnaire (FHAR, Frente Homossexual de Ação Revolucionária)10 etc. Ao longo dos anos 1980, assim como outros movimentos sociais, eles progressivamente se transformaram e se institucionalizaram.

A Europa ocidental foi, no entanto, palco de diversas evoluções. Na França, o fim da penalização da homossexualidade, com a chegada da esquerda ao poder, em 1981, contribuiu para o fôlego do movimento. Em outros países, os governos conservadores no poder tomaram medidas anti-homossexuais. No Reino Unido, a Section 28, votada em 1988, proibia, por exemplo, evocar a homossexualidade nas escolas. Nos Estados Unidos, os mandatos de Ronald Reagan (1980-1988) foram marcados por uma reação moral e política particularmente prejudicial à luta contra a aids.

Quarenta anos de militância

Em todo caso, as reivindicações evoluíram, passando da contestação das normas heterossexuais e patriarcais à demanda por direitos e reformas compatíveis com essas normas. De maneira concomitante, a irrupção do HIV/aids pesou muito sobre a reorientação da estruturação dos combates homossexuais. Desde o início dos anos 1980, a luta contra a epidemia constituiu um ponto central de reorganização das lutas gays, em estruturas como Terrence Higgins Trust na Inglaterra (1982), Gay Men Health Crisis (1982) nos Estados Unidos ou Aides (1984) na França. A criação da associação Act Up – em 1987 em Nova York e em 1989 em Paris – simbolizou essa revolta dos doentes saídos da comunidade gay. A evolução da militância homossexual foi acompanhada por uma multiplicação de grupos associativos organizados em torno da luta contra as discriminações e pela convivialidade: clubes esportivos (European Gay and Lesbian Sport Federation) e associações profissionais (como o Sindicato Nacional das Empresas Gays), centros comunitários nas grandes cidades, associações de jovens ou estudantes etc. O indicativo identitário – ser gay ou lésbica – ganhou espaço em uma leitura em termos de opressão sexual.

A internacionalização das lutas constitui uma das evoluções maiores dos movimentos LGBT contemporâneos. Deixemos claro: desde os anos 1970, as circulações militantes e teóricas são numerosas entre ativistas homossexuais. As revoltas de Stonewall, em Nova York, em junho de 1969, se tornaram uma referência mundial para os movimentos de emancipação; as “paradas do orgulho” comemoram, inclusive, a cada ano, esse acontecimento. Mas, ao longo da última década, o apoio às vítimas da homofobia se tornou um tema maior de mobilização, acompanhando o surgimento de movimentos de emancipação em países onde a repressão proibia a afirmação dos LGBT. Essa solidariedade obteve sucessos notáveis perante a homofobia de Estado – como em Senegal, onde a pressão internacional permitiu em 2009 a libertação de militantes da luta contra a aids. Essas campanhas também permitiram tornar visíveis situações de repressão inaceitáveis, como as violências e a repressão às quais são confrontadas as paradas do orgulho em Belgrado ou Moscou, ou ainda denunciar um projeto de lei homofóbica na Ucrânia. Elas também tecem redes de apoio indispensáveis para iniciativas de pedido de asilo e imigração, quando algumas pessoas precisam deixar seu país.

Ao mesmo tempo, a luta contra a homofobia pode ser instrumentalizada politicamente, como atestam as controvérsias recentes sobre o “homonacionalismo”.11 Forjado como um conceito crítico, ele descreve o movimento que, ao longo dos anos 2000, conduziu algumas parcelas do movimento LGBT dos países do Norte a designar os imigrantes, e em primeiro lugar os “muçulmanos”, como a nova figura ameaçadora para os modos de vida gays e lésbicos. As preocupações legítimas com relação às perseguições de certos governos e à homofobia de setores reacionários do islã se misturam aqui a um combate “civilizacional”. Na Holanda, a figura de Pim Fortuyn, homossexual assumido e político de extrema direita assassinado em 2002, resume até o ponto da caricatura essa tendência. A fronteira traçada entre o “progressismo” dos países ocidentais e o “obscurantismo” dos outros desaparece, no entanto, quando sabemos que os primeiros recusam ou restringem o direito de asilo para as pessoas perseguidas devido à sua orientação sexual nos segundos...

A globalização das preocupações quanto à situação das pessoas LGBT é simbolizada pela adoção de uma resolução internacional específica em Yogyakarta (Indonésia) em 2007.12 Elaborada por especialistas em direitos humanos, essa declaração de princípio visa mobilizar as instituições internacionais a fim de obter a proibição das discriminações fundadas na orientação sexual e na identidade de gênero. O texto obteve o apoio de 54 países durante sua apresentação na ONU, no dia 26 de março de 2007. Atualmente estão em andamento procedimentos para tornar possível a adoção pela ONU de uma resolução sobre os “direitos do homem, a orientação sexual e a identidade de gênero”.

No entanto, a situação dos movimentos reivindicativos é caracterizada pela heterogeneidade e a dispersão. No plano institucional, grupos de pressão centrados nos direitos humanos, tais como a International LGBT Association (ILGA), desenvolvem um trabalho de lobby em nível institucional e estatal. Esses grupos constituem uma força considerável para o desenvolvimento de campanhas de solidariedade, mas permanecem cheios de ambiguidades. Na sua perspectiva, a reivindicação de direitos participa na verdade de uma estratégia de reconhecimento identitário que deixa amplamente claros os objetivos de classe, gênero e raça que fraturam as comunidades LGBT.

Diversos fronts

Além do mais, essa identidade continua sendo em grande parte forjada pelas referências e pelo mercado ocidentais. Os filmes, as revistas, os sites e o turismo participam da difusão de ícones identitários e sexuais. No entanto, em muitas regiões, as maneiras de viver sua orientação sexual e seu gênero são mais diversas e mais fluidas. Assim, na Índia, para os hijras, que se identificam como sendo nem homens nem mulheres, a dicotomia homossexual-heterossexual não é pertinente. Da mesma forma, o coming out– a afirmação pública de sua orientação sexual ou de sua identidade de gênero –, prescrito como uma etapa incontornável, esbarra em certas estratégias de emancipação e de resistência elaboradas localmente, em contextos de repressão.

Ao contrário dessa afirmação identitária, as teorias queer desenvolvem há vinte anos uma crítica virulenta à “naturalidade” do sexo e do gênero:13 ao enunciar seu caráter socialmente construído, elas colocam em destaque a diversidade e a fluidez das identidades sexuais. Essas correntes intelectuais são fortemente associadas ao surgimento de movimentos políticos radicais, queer (como Queer Nation nos Estados Unidos e Queer for BDS no campo pelo boicote dos produtos israelenses) ou transbichassapatas (segundo a autodefinição do grupo Panteras Cor de Rosa), a favor de mobilizações altermundialistas. Seus militantes orientam estratégias de convergência de lutas (feministas, antirracistas, anticapitalistas) que lembram os posicionamentos dos militantes dos anos 1970. Eles e elas colocam em causa a institucionalização e a mercantilização das identidades gays e lésbicas. No entanto, suas redes ainda têm uma estrutura frágil. Os Panteras Cor de Rosa se desenvolveram no Québec, na França e em Portugal ao longo dos anos 2000, mas sem necessariamente estabelecer relações duráveis. Reagrupamentos internacionais importantes, como o Queeruption, para o mundo que fala inglês, ou as Universidades de Verão das Homossexualidades, para o mundo que fala francês, sofrem para se manter.

As questões estratégicas que se colocam atualmente dizem respeito às formas de mobilização. No Norte, desde os anos 1970, as militantes lésbicas reivindicaram e construíram grupos autônomos, principalmente em reação à misoginia vivida no seio dos grupos criados com os gays. Essas formas de mobilização, ligadas ao feminismo, constituem uma das características políticas do movimento lésbico, sem impedir alianças estratégicas com associações mistas. Ao longo dos anos 1990, as pessoas trans criaram também grupos auto-organizados, marcando assim a necessidade de uma mobilização específica. No fundo, é a pretensão universalista dos grupos LGBT, dominados pelos homens gays, que está em causa. Estes últimos continuam a ocupar majoritariamente os espaços de representação pública, contribuindo para a invisibilidade dos outros combates.

Por outro lado, a preeminência da luta pelos direitos deixa na sombra uma dimensão fundamental da emancipação das pessoas LGBT: a da igualdade social. Mais frequentemente à margem das solidariedades familiares, os gays, as lésbicas e os trans são particularmente expostos ao corte recorrente dos serviços públicos e de estruturas de solidariedade coletiva. Mas, ao longo dos últimos anos, as realidades vividas se diferenciaram amplamente. No Sul, as consequências da crise econômica agravaram as situações de precariedade e de dependência econômica com relação às redes de apoio tradicionais, freando as premissas de estratégias de emancipação individual e coletiva. Nos países do Norte, para uma fatia urbana e financeiramente estável, a experiência homossexual não é mais acompanhada de maiores discriminações. Para os outros – mulheres, pessoas trans, jovens, pobres e/ou precários –, as situações são mais problemáticas. O acesso aos recursos oferecidos pelo mundo comercial gay e lésbico ainda é difícil e, mais geralmente, a afirmação de si é entravada pelo desemprego, a precariedade e a dependência econômica com relação à família. Então, as convergências de interesse não se situam mais apenas no seio do movimento homossexual clássico. Em diversos países, os Pink Blocks tornam as questões LGBT visíveis durante mobilizações para a defesa de serviços públicos, contra o racismo ou contra o imperialismo, destacando o emaranhamento dos combates. Reagrupamentos se estruturam também nas organizações sindicais por meio de comissões específicas ou ainda com coletivos como Queers Against the Cuts, na Inglaterra. Os efeitos da crise econômica participam desse movimento de divisão política dos mundos LGBT, fragilizando a construção de perspectivas comuns.

Conquistas legais e transformação da ordem social não se opõem. Mas, no cruzamento dessas tensões políticas, é a capacidade dos movimentos LGBT de definir estratégias identitárias inclusivas e alianças com outros movimentos sociais que está em jogo. Os recentes debates sobre o homonacionalismo, mesmo que permaneçam fechados em esferas restritas,14 poderiam permitir abrir novas perspectivas estratégicas e políticas. Em escala histórica, podemos ver um saudável questionamento da hegemonia exercida pelos homens gays brancos vindos de países do Norte nos movimentos homossexuais. A afirmação de outros grupos permite questionar de forma útil os limites dos “interesses comuns” entre as pessoas L, G, B e T, abrindo então um espaço de redefinição das coalizões necessárias. O perigo é evidentemente uma fragmentação crescente e um fechamento identitário que arruinaria as possibilidades de alianças. Conjugando a luta contra a repressão, a conquista de direitos e a vontade de transformar um sistema desigual, as mobilizações no Sul constituem talvez finalmente o ponto de conjunção de novas estratégias políticas.

Gabriel Girard 
Sociólogo da École des Hautes études en Sciences Sociales e da Universidade Concordia (Canadá)

Daniela Rojas Castro Psicóloga social da Associação francesa Aides e do Grupo de Pesquisa em Psicologia Social (Lyon_II)


Ilustração: Laerte

1 Preferimos aqui o termo “trans” a “transexual” ou “transgênero”, pois ele engloba a diversidade dos percursos de mudanças de gênero e é reivindicado pela maioria das associações em questão.

2 Virginie Descoutures, Marie Digoix, Eric Fassin e Wilfried Rault, Mariages et homosexualités dans le monde. L’arrangement des normes familiales [Casamentos e homossexualidades no mundo. O arranjo das normas familiares], Autrement, Paris, 2008.


3 Cf. ilga.org/ilga/en/countries/IRAQ.


4 Como David Kato, morto em Uganda em 2011 depois que um jornal local publicou seu nome e sua foto (junto com as de 99 outros homossexuais) sob o título de “Enforquem!”, ou Quetzalcóatl Leija Herrera, espancado até a morte no mesmo ano no México por ter denunciado ao procurador do estado de Guerrero dezesseis crimes homofóbicos cometidos em 2009.


5 Nancy Fraser, Qu’est-ce que la justice sociale? Reconnaissance et redistribution [O que é a justiça social? Reconhecimento e redistribuição], La Découverte, Paris, 2005.


6 A sigla HSH, que insiste sobre as práticas sexuais, permite incluir pessoas que não se reconhecem necessariamente como homossexuais.


7 “Rumo a um acesso universal. Estender as intervenções prioritárias ligadas ao HIV/aids no setor da saúde”, Organização Mundial da Saúde, Genebra, 2009.


8 “Relatório sobre a epidemia mundial de aids: resumo de orientação”, Programa Mundial das Nações Unidas sobre o HIV/aids, Genebra, 2006.


9 Olivier Jablonski, Jean-Yves Le Talec e Georges Sideris (orgs.), Santé gaie [Saúde gay], Pepper-L’Harmattan, Paris, 2010.


10 Ler Benoît Bréville, “Homosexuels et subversifs” [Homossexuais e subversivos], Manière de Voir, n.118, ago./set. 2011.


11 Cf. Jasbir K. Puar, Homonationalisme. Politiques queers après le 11 septembre [Homonacionalismo. Políticas gays depois do 11 de Setembro], Amsterdam, Paris, 2012; e Didier Lestrade, Pourquoi les gays sont passés à droite [Por que os gays foram para a direita], Seuil, Paris, 2012.


12 www.yogyakartaprinciples.org.


13 Cf. Judith Butler, Trouble dans le genre. Le féminisme et la subversion de l’identité [Problema no gênero.


O feminismo e a subversão da identidade], La Découverte, Paris, 2004; e Elsa Dorlin, Sexe, genre et sexualités. Introduction à la théorie féministe [Sexo, gênero e sexualidades. Introdução à teoria feminista], PUF, Paris, 2008.


14 Cf. Alexandre Jaunais, “Retour sur les nationalismes sexuels” [Retorno aos nacionalismos sexuais], Genre, Sexualité et Société, n.5, Paris, 2011.


Fonte: Le Monde Diplomatique Brasil

"A contribuição ética da psicanálise para a sociedade atual", por Rita de Cássia de Araújo Almeida

PICICA: "Grande parte do esforço da sociedade atual tem sido no sentido de silenciar todo e qualquer mal-estar. E essa forma de lidar com o mal-estar da existência traduz, exatamente, a diferença da intervenção da psicanálise para as demais psicoterapias, por exemplo. Enquanto essas últimas pretendem fazer calar o mal-estar, a psicanálise se propõe a escutá-lo, acolhê-lo, e fazer dele matéria prima para o processo de reinvenção do sujeito. A psicanálise, nesse sentido não compactua com intervenções normativas, pasteurizadoras e medicalizadoras, o que resulta numa ética está mais próxima do fracasso do que de um suposto ideal de perfeição a ser perseguido. Para a psicanálise é do fracasso, desse mal-estar que não cessa, é que tiramos o barro com o qual não paramos de nos construir."

A contribuição ética da psicanálise para a sociedade atual




por: Rita de Cássia de Araújo Almeida
psicanalista

 
Nietzche lamenta que o ocidente moderno tenha promovido a negação da natureza trágica do homem. Segundo o filósofo, a era moderna reprimiu homem trágico para dar lugar ao homem teórico: o homem centrado, senhor de si, racional e, portanto, capaz de criar um método para conhecer e controlar o mundo que o cerca. Assim se confirmaria o ideal propagado na modernidade, pela via da razão teríamos todas as respostas.

Nesse caldeirão iluminista nasce a ciência, promessa de cura para todos os nossos mal-estares, entendendo a morte, o conflito, a loucura, o fracasso, a perda, a descontinuidade, o erro, a falta, a indisciplina, e tantas outras experiências trágicas da condição humana, como estrangeiras, malditas e odiosas. E o caminho não foi diferente no nascimento da psicologia, nesse caso, a promessa seria compreender o comportamento humano e assim, nos curar daqueles comportamentos indesejados e incômodos.

Freud, no entanto, será um dos responsáveis por desbancar o ideal da psicologia científica, afirmando com sua teoria do inconsciente que, ao contrário do que o discurso cartesiano pregava, o eu não é o senhor em sua própria casa. Com essa afirmação Freud questiona a noção do homem centrado e senhor de si, e ainda, derrotando definitivamente nossas pretensões narcisistas, afirma: não há cura para o desamparo humano. Ou seja, por mais que busquemos explicações, saídas e respostas, haverá sempre um mal-estar inevitável, inexplicável e, portanto, incurável, pelo fato de nossa existência ser essencialmente frágil, castrada, desamparada. Com efeito, a tragédia, por mais que a recusemos, será sempre nossa companheira inseparável.

E se não há cura para o desamparo humano, o que fazer com ele? O que fazer com o mal-estar da existência?

Grande parte do esforço da sociedade atual tem sido no sentido de silenciar todo e qualquer mal-estar. E essa forma de lidar com o mal-estar da existência traduz, exatamente, a diferença da intervenção da psicanálise para as demais psicoterapias, por exemplo. Enquanto essas últimas pretendem fazer calar o mal-estar, a psicanálise se propõe a escutá-lo, acolhê-lo, e fazer dele matéria prima para o processo de reinvenção do sujeito. A psicanálise, nesse sentido não compactua com intervenções normativas, pasteurizadoras e medicalizadoras, o que resulta numa ética está mais próxima do fracasso do que de um suposto ideal de perfeição a ser perseguido. Para a psicanálise é do fracasso, desse mal-estar que não cessa, é que tiramos o barro com o qual não paramos de nos construir.

Acredito que essa ética proposta por Freud seja fundamental para os dias de hoje, apesar de muitos já terem decretado a morte da psicanálise. Fundamental para fazer uma crítica a nossa atual sociedade, que tem se preocupado muito mais em silenciar nossos sintomas do que escutá-los. Sendo assim, a judicialização e a medicalização tem sido os modos mais usados para lidar com nossos sintomas ou lidar com nossos problemas relacionais. Afinal, se partimos do pressuposto que há um ideal, admitiremos também ter a receita para alcançá-los, e o que é melhor para nossa sociedade capitalista, tal receita pode ser comprada/vendida. Vejamos dois exemplos bem atuais:

Ideal = criança comportada e sem problemas de aprendizagem. Se criança não aprende e não se comporta, solução = medicalização = criança comportada e sem problemas de aprendizagem.

Ideal = sujeito que não usa drogas ilícitas (principalmente crack). Se sujeito usa drogas, especialmente crack, solução = judicialização (internação involuntária) = sujeito que não usa drogas ilícitas (principalmente crack).

Entretanto, se partirmos de uma ética onde não há modelos ou ideais a serem perseguidos ou copiados, intervenções desse tipo perdem sua força, pois o caminho ou a solução passa a ser aquele que cada um pode, deseja ou pretende construir e com a certeza de que, ainda sim, algum tipo de mal-estar estará sempre presente, já que ele nunca cessa.

Já com relação ao desamparo humano, é o discurso religioso que promete curá-lo. O conceito de Deus como um Pai poderoso e amoroso serve para aquietar essa sensação de desamparo. Precisamos acreditar, afinal, que alguém olha e cuida de nós. Talvez, sem isso, sucumbiríamos ao desespero generalizado.

Mas, a psicanálise propõe uma outra saída para o nosso desamparo. Se por um lado ele não pode ser curado, erradicado, pode ser administrado em favor da coletividade, do bem-estar comum. Podemos promover a gestão do desamparo e do mal-estar por meio da nossa ligação com os outros, pelos laços sociais que somos capazes de criar, manter e fortalecer. Em última análise, para usar os termos de Freud, precisamos amar para não adoecer.

Finalizando, se quisermos pautar nossas intervenções na ética proposta pela psicanálise devemos fazer duas perguntas, que são fundamentais: Estamos intervindo sem nos preocupar com um ideal preestabelecido? Estamos promovendo e fortalecendo os laços sociais? Se a resposta for sim para essas duas perguntas, estamos conseguindo escapar desses dois discursos que empobrecem e enfraquecem nossa sociedade: a medicalização do sofrimento humano e a judicialização das nossas relações interpessoais.

Fonte: Não sou eu quem me navega, quem me navega é o mar

Joan Brossa e a poesia catalã: conversa com Ronald Polito


Encontros Cultura e Barbárie

Joan Brossa e a poesia catalã
conversa com Ronald Polito

Quando
: dia 1o de dezembro [ sábado ] 16:00
Onde: Café Cultura (Centro) - Florianópolis
[ Praça XV de Novembro, 352 ] | Mapa

Os Encontros Cultura e Barbárie são dedicados a debates político-culturais. Abertos ao público geral, cada encontro conta com um convidado que abre e conduz a discussão junto com um mediador. Nesse Encontro, o convidado será Ronald Polito, e o mediador, Victor da Rosa. Na ocasião, também será lançado o livro Escutem esse silêncio, de Joan Brossa, traduzido por Ronald Polito, e apresentado por Ronald Polito e Victor da Rosa (Lumme Editor, 2012).

"Castells vê “expansão do não-capitalismo” - Entrevista a Paul Mason (OUTRAS PALAVRAS)

PICICA: "Castells sugere que talvez estejamos prestes a ver o surgimento de um novo tipo de economia. Os novos estilos de viver dão sentido à existência, mas a mudança tem também um segundo motor: consumidores que não têm dinheiro para consumir.

São práticas econômicas não motivadas pelo lucro, tais como o escambo, as moedas sociais, as cooperativas, as redes de agricultura e de ajuda mútua, com serviços gratuitos – tudo isso já existe e está se expandindo ao redor do mundo, diz ele. Se as instituições políticas vão se abrir para as mudanças que acontecem na sociedade – é cedo para saber.

Castells vê “expansão do não-capitalismo”




Culturas econômicas alternativas teriam sido reforçadas pela crise. Mas sociólogo adverte: sistema não entrará em colapso por si mesmo

Entrevista a Paul Mason | Tradução: Gabriela Leite | Imagem: Binho Ribeiro

O professor Manuel Castells é um dos sociólogos mais citados no mundo. Em 1990, quando os mais tecnologicamente integrados de nós ainda lutavam para conseguir conectar seus modens, o acadêmico espanhol já documentava o surgimento da Sociedade em Rede e estudava a interação entre o uso da internet, a contracultura, movimentos de protesto urbanos e a identidade pessoal.

Paul Mason, editor de notícias econômicas da rádio BBC, entrevistou o professor Castells na London School of Economics (Escola de Economia de Londres) sobre seu último livro, “Aftermath: The Cultures of Economic Crisis” (“Resultado: as Culturas da Crise Econômica”), ainda sem tradução para português.

Castells sugere que talvez estejamos prestes a ver o surgimento de um novo tipo de economia. Os novos estilos de viver dão sentido à existência, mas a mudança tem também um segundo motor: consumidores que não têm dinheiro para consumir.

São práticas econômicas não motivadas pelo lucro, tais como o escambo, as moedas sociais, as cooperativas, as redes de agricultura e de ajuda mútua, com serviços gratuitos – tudo isso já existe e está se expandindo ao redor do mundo, diz ele. Se as instituições políticas vão se abrir para as mudanças que acontecem na sociedade – é cedo para saber. Seguem trechos da conversa.

O que é surgimento de novas culturas econômicas?
Quando menciono essa Cultura Econômica Alternativa, é uma combinação de duas coisas. Várias pessoas têm feito isso já há algum tempo, porque não concordam com a falta de sentido em suas vidas. Agora, há algo mais — é a legião de consumidores que não podem consumir. Como não consomem — por não terem dinheiro, nem crédito, nem nada — tentam dar sentido a suas vidas fazendo alguma coisa diferente. Portanto, é por causa das necessidades e valores — as duas coisas juntas — que isso está se expandindo.


Você escreveu que as economias são culturais. Pode falar mais sobre isso?
Se queremos trabalhar para ganhar dinheiro, para consumir, é porque acreditamos que comprando um carro novo ou uma nova televisão, ou um apartamento melhor, seremos mais felizes. Isso é uma forma de cultura. As pessoas estão revertendo essa noção. Pelo contrário: o que é importante em suas vidas não pode ser comprado, na maioria dos casos. Mas elas não têm mais escolha porque já foram capturadas pelo sistema. O que acontece quando a máquina não funciona mais? As pessoas dizem “bem, eu sou mesmo burro. Estou o tempo todo correndo atrás de coisa nenhuma”.


Qual a importância dessa mudança cultural?
É fundamental, porque desencadeia uma crise de confiança nos dois maiores poderes do mundo: o sistema político e o financeiro. As pessoas não confiam mais no lugar onde depositam seu dinheiro, e não acreditam mais naqueles a quem delegam seu voto. É uma crise dramática de confiança – e se não há confiança, não há sociedade. O que nós não vamos ver é o colapso econômico per se, porque as sociedades não conseguem existir em um vácuo social. Se as instituições econômicas e financeiras não funcionam, as relações de poder produzem transformações favoráveis ao sistema financeiro, de forma que ele não entre em colapso. As pessoas é que entram em colapso em seu lugar.

A ideia é que os bancos vão ficar bem, nós não. Aí está a mudança cultural. E grande: uma completa descrença nas instituições políticas e financeiras. Algumas pessoas já começam a viver de modo diferente, conforme conseguem – ou porque desejam outras formas de vida, ou porque não têm escolha. Estou me referindo ao que observei em um dos meus últimos estudos sobre pessoas que decidiram não esperar pela revolução para começar a viver de outra maneira – o que resulta na expansão do que eu chamo de “práticas não-capitalistas”.


São práticas econômicas, mas que não são motivadas pelo lucro – redes de escambo, moedas sociais, cooperativas, autogestão, redes de agricultura, ajuda mútua, simplesmente pela vontade de estar junto, redes de serviços gratuitos para os outros, na expectativa de que outros também proverão você. Tudo isso existe e está se expandindo ao redor do mundo.


Na Catalunha, 97% das pessoas que você pesquisou estavam engajadas em atividades econômicas não-capitalistas.
Bem, estão entre 30-40 mil os que são engajados quase completamente em modos alternativos de vida. Eu distinguo pessoas que organizam a vida conscientemente através de valores alternativos de pessoas que têm vida normal, mas que têm costumes que podem ser vistos como diferentes, em muitos aspectos. Por exemplo, durante a crise, um terço das famílias de Barcelona emprestaram dinheiro, sem juros, para pessoas que não são de sua família.


O que é a Sociedade em Rede?
É uma sociedade em que as atividades principais nas quais as pessoas estão engajadas são organizadas fundamentalmente em rede, ao invés de em estruturas verticais. O que faz a diferença são as tecnologias de rede. Uma coisa é estar constantemente interagindo com pessoas na velocidade da luz, outra é simplesmente ter uma rede de amigos e pessoas. Existe todo tipo de rede, mas a conexão entre todas elas – sejam os mercados financeiros, a política, a cultura, a mídia, as comunicações etc –, é nova por causa das tecnologias digitais.

Então, nós vivemos numa Sociedade em Rede. Podemos deixar de viver nela?
Podemos regredir a uma sociedade pré-eletricidade? Seria a mesma coisa. Não, não podemos. Apesar de agora muitas pessoas estarem dizendo “por que não começamos de novo?” É um grande movimento, conhecido como “decrescimento”. Algumas pessoas querem tentar novas formas de organização comunitária etc.


No entanto, o interessante é que, para as pessoas se organizarem e debaterem e se mobilizarem pelo decrescimento e o comunitarismo, elas têm que usar a internet. Não vivemos numa cultura de realidade virtual, mas de real virtualidade, porque nossa virtualidade – significando as redes da internet – é parte fundamental da nossa realidade. Todos os estudos mostram que as pessoas que são mais sociáveis na internet são também mais sociáveis pessoalmente.


Existem diversos grupos que hoje protestam sobre o assunto A, amanhã sobre o assunto B, e à noite jogam World of Warcraft (jogo RPG online de aventura). Mas será que eles vão conseguir o que Castro e Guevara conquistaram?
O impacto nas instituições políticas é quase insignificante, porque elas são hoje impermeáveis a mudanças. Mas, se você olhar para o que está acontecendo em termos de consciência… há coisas que não existiam três anos, como o grande debate sobre a desigualdade social.


Em termos práticos, o sistema é muito mais forte do que os movimentos nascentes… você atinge a mente das pessoas por um processo de comunicação, e esse processo, hoje, acontece fundamentalmente pela internet e pelo debate. É um processo longo, que vai das mentes das pessoas às instituições da sociedade. Vamos usar um exemplo histórico: a partir do fim do século XIX, na Europa, existiam basicamente os Conservadores e os Liberais, direita e esquerda. Mas então alguma coisa aconteceu – a industrialização, os movimentos da classe trabalhadora, novas ideologias. Nada disso estava no sistema político. Depois de vinte ou trinta anos, vieram os socialistas e depois a divisão dos socialistas… e os liberais basicamente desapareceram. Isso mudará a política, mas não por meio de ações políticas organizadas da mesma maneira. Por quê? Porque as redes não necessitam de organizações hierárquicas.


Onde isso vai dar?
Tudo isso não vai virar uma grande coalizão eleitoral, não vai virar nenhum novo partido, nenhum novo coisa nenhuma. É simplesmente a sociedade contra o Estado e as instituições financeiras – mas não contra o capitalismo, aliás, contra insitituições financeiras, o que é diferente.


Com esse clima, acontece que nossas sociedades se tornarão cada vez mais ingovernáveis e, em consequência, poderá ocorrer todo tipo de fenômeno – alguns muito perigosos. Veremos muitas expressões de formas alternativas de política, que escaparão das correntes principais de instituições políticas tradicionais. E algumas, é claro, voltando ao passado e tentando construir uma comunidade primitiva e nacionalista para atacar todos os outros movimentos e, finalmente, conseguir ter uma sociedade excluída do mundo, que oprime seu próprio povo.


Mas acontece que, em qualquer processo de mudança social desorganizada e caótica, todos esses fenômenos coexistem. E o modo como atuam uns contra os outros vai depender, em última análise, de as instituições políticas abrirem suficientemente seus canais de participação para a energia de mudança que existe na sociedade. Então talvez elas possam superar a resistência das forças reacionárias que também estão presentes em todas as sociedades.


Fonte: OUTRAS PALAVRAS