PICICA: "Además
de los grandes eventos deportivos mundiales, existen “los locos, los
activistas que, en contra del racismo y discriminación, salen desde
abajo reinician, atacan y se divierten más”, señala el experto en
deportes Iván Compasso."
En Italia, el futbol de abajo enfrenta al gran negocio
Además
de los grandes eventos deportivos mundiales, existen “los locos, los
activistas que, en contra del racismo y discriminación, salen desde
abajo reinician, atacan y se divierten más”, señala el experto en
deportes Iván Compasso.
Jaime Quintana Guerrero
En contraste con el modelo de futbol
negocio, que además está infiltrado por la extrema derecha, en Italia
proliferan las asociaciones de gente normal que busca reapropiarse del
deporte.
“El fútbol es una pasión que involucra a millones de personas en el mundo; para algunos es casi una religión”, explica Iván Grozny (pseudónimo de Iván Compasso), quien desde hace una década es parte del equipo de la redacción de sherwood.it, portal de información independiente en Italia. Compasso creó y anima el programa sobre deporte y resistencia “Brasil”.
Para
el periodista, el futbol “deja de ser sencillamente un juego en una
cancha y se convierte en una disputa en un espacio social”, señala en
entrevista para Desinformémonos. Este juego “tiene una un impacto en la sociedad que puede ser decisorio y vehículo de ideas y propuestas políticas”.
Lo que está sucede en Brasil evidencia esta problemática, relata el también autor del libro Los ladrones del deporte.
“Este punto de ruptura es muy importante y está muy adentro de la
cultura para los brasileños”, valora. “Se pone a discusión el modelo de
fútbol como negocio artificial, con estadios como fortalezas que impiden
a las personas entrar. Es mucho más sencillo organizar un mundial donde
no hay democracia que donde la hay”, sentencia.
El
periodista revela que la Federación Internacional de Futbol Asociación
(FIFA) –que tiene más afiliados que la Organización de las Naciones
Unidas (ONU)- es gobernada por personas que “ponen por delante el
negocio y juegan con las campañas contra el racismo y la discriminación.
Son campañas hechas sobre todo para la imagen, pero no hay una
verdadera voluntad de promover un fútbol cercano a valores”.
Para Grozny,
el valor que está al centro de la justa es el económico. Denuncia que
hospedar a los grandes eventos deportivos es para los gobiernos la
posibilidad de estar bajo la mirada de todo el mundo, y que los
beneficios son para los políticos, no para el común de la gente.
“Quienes gobiernan el deporte del fútbol se dan cuenta del poder que
tiene y se lo apropian, imponen un modelo lejano a lo que debería ser y
pasa a ser parte de los intereses de las grandes corporaciones del
deporte, como la FIFA”, remata.
Resistencias deportivas organizadas
Iván Compasso y Mauro Valeri escribieron Los Ladrones del deporte,
que trata sobre la discriminación en el futbol y las resistencias. El
libro expone las reglas que impiden en Europa -y en particular en
Italia- que los hijos de los migrantes accedan a este juego.
El
libro expone que por cada megaevento deportivo, hay un gran movimiento
social de protesta: en un momento en el cual el deporte, en particular
el fútbol, es cada vez más un negocio millonario, en diversas partes del
mundo surgen formas de resistencia deportiva organizada por personas
que no pueden o no quieren formar parte del espectáculo.
Remarca
Iván Compasso que “la actividad deportiva es entendida y practicada
como un bien común, como la compartición de victorias y derrotas sin
buscar los primeros lugares en las clasificaciones. Es una manera para
recuperar y redefinir lugares y espacios, donde la competición es un fin
que se transforma en un medio para resistir a las jerarquías sociales
existentes”. Por esta razón, explica, se crean en todo el mundo
asociaciones polideportivas, centros sociales y gimnasios autogestivos,
que se reapropian del deporte.
“Con
la llegada de Silvio Berlusconi al poder hace 20 años, el fútbol cambió
en la manera de entenderlo y de representarlo en la televisión”, relata
el periodista. Anteriormente, no se coleccionaban tantos jugadores
estrellas adentro de un mismo equipo. El fenómeno comenzó en Milán y se
replicó en otros conjuntos en Europa. Luego “la marca Milán se utilizo
para difundir una suerte de imagen del hombre ganador, fuerte y
exitoso”.
Hay una realidad que
contrasta con los grandes equipos. En Padua, por ejemplo, “existe un
equipo que se llama San Precario; en Nápoles está el AfroNapoli, porque
los jugadores son refugiados o vienen desde África. San Precario nació
en abril del 2007, bajo un contexto de crisis muy radical”, relata. En
Ancona existe el equipo “Assata Shakur”, nombre de una militante que
perteneció al Ejército por la Liberación Negra en Estados Unidos; laFederación Italiana de Fútbol (FIGC) jamás acepto el registro.
En
los años noventa, relata Compasso, Alianza Nacional -un partido de
derecha- organizó unos seminarios llamados “Una porra como patria”. Ante
el vacío político de la afición, la derecha se infiltró, lo que cambió
la geografía de los aficionados italianos y fomentó la violencia
racista.
Pero algo cambió. “La gente
se reapropió de los deportes como un bien común. Nacieron asociaciones
polideportivas y equipos de futbol que tienen como características el
antifascismo y el antirracismo”, contrasta. Esto sucede en muchas
ciudades, como Nápoles, Roma, Florencia, Venecia y Padua.
Deporte al revés,
una asociación que Iván Compasso coordina, agrupa a una docena de estas
realidades de otra forma de hacer deporte y ofrecer acceso a todo
mundo. Realizaron campañas para cambiar leyes como la 40, que no
permitía la adhesión de hijos de migrantes a equipos de futbol.
“Fue
una victoria la campaña contra la ley 40, pero ahora tenemos una gran
batalla, que es sensibilizar a quien gobierna al deporte con otros temas
como la discriminación sexual, y la práctica deportiva en lugares que
sean autogestivos y no solamente los oficialmente inscritos en la
federación”, valora el también activista.
En
los últimos 20 años, los grupos de aficionados cambiaron su manera de
acercarse, ya que la derecha conservadora invirtió mucho en imponer,
dentro de los espacios, elementos que tienen que ver con su manera de
hacer política. “Son referencia los grupos neonazis, que influyen en la
cultura política de la nación”, explica el experto. “Esto creó un
problema sin resolver. Los movimientos sociales ven al deporte como algo
no importante; era casi una herejía hablar del tema”.
A
finales de mayo de 2014, en Nápoles, la porra de derecha disparó contra
un grupo de aficionados que son parte de luchas ambientales contra los
basureros. Esto representó, para los aficionados, un punto de quiebre,
relata el escritor.
El sábado 17 de
mayo se realizó en Hamburgo, Alemania, el torneo de Futbol Antirracista,
que unió a asociaciones de toda Europa para hacer un “futbol al revés”.
Además de los grandes eventos deportivos mundiales, que crean xenofobia
y homofobia, existen “los locos, los activistas que, en contra del
racismo y discriminación, salen desde abajo reinician, atacan y se
divierten más”, concluye el estudioso deportivo Iván Compasso.
21 de julio 2014
Fonte: Desinformémonos
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