PICICA: “Sabemos
que lo que estamos viviendo es tan sólo una más de las fases de un
sistema criminal orquestado para reprimir a los de abajo, para que no
incomoden, para que no se levanten. Al final, todo preso es un preso
político. Por eso no dejaremos de salir a las calles”.
Mayor criminalización y represión en Brasil, saldo de la Copa del Mundo
“Sabemos
que lo que estamos viviendo es tan sólo una más de las fases de un
sistema criminal orquestado para reprimir a los de abajo, para que no
incomoden, para que no se levanten. Al final, todo preso es un preso
político. Por eso no dejaremos de salir a las calles”.
Texto y fotografías: Gabriela Moncau
Traducción:
Sao Paulo, Brasil.
Durante la Copa del Mundo que se llevó a cabo, con algunas excepciones,
sin grandes obstáculos por parte de los movimientos sociales, el
aumento de la represión contra las luchas sociales quedó evidente.
Golpes a los manifestantes, prisiones por averiguación, prisiones
forzadas, expulsiones de los trabajadores en huelga, son tan sólo
algunos de ejemplos. Esto demuestra que entre las muchas herencias
positivas que dejaron las jornadas de junio del 2013, las mayores
movilizaciones de masas de la historia brasileña, están, por otra parte,
las ofensivas del Estado.
Desde el
día 23 de junio, el estudiante Fábio Hideki y el profesor Rafael
Marques, que participaban de una manifestación contra las violaciones de
los derechos provocados por la realización de la Copa del Mundo, están
presos. A pesar de que hay testimonios presenciales de las detenciones y
diferentes videos que circulan en internet, se mantienen esos dos
arbitrarios encarcelamientos. Con la libertad provisional negada por la
justicia, los dos siguen presos, aguardando la sentencia por la
acusación de “portación de explosivos” y “asociación criminal”, aunque
ellos ni se conocían.
En ese
contexto, el secretario de Seguridad Pública, Fernando Grella, calificó a
Hideki como “líder de los black blocks” (¿líder de una táctica?), y
anunció en la prensa que activaría a la policía para detener por la
fuerza a los militantes del Movimiento Pase Libre (MPL) para deponer la
averiguación número 1/2013. Esa averiguación, que surgió a finales del
año pasado por iniciativa de la policía civil, militar y del Ministerio
Público, básicamente investiga a manifestantes. Fue por sus archivos, y
por una conversación con Grella, que militantes del MPL se amarraron en
la Secretaría de Seguridad Pública, pero no fueron recibidos.
Para
Leonardo Cordeiro, militante del MPL de Sao Paulo, todo esto es “una
estrategia afinada entre los medios de comunicación y la justicia”. Con
la justificación de la Copa, advierte, “diferentes niveles de gobierno,
sus policías y la justicia se articulan y se preparan para un ataque
contundente contra las luchas sociales”. Pero los movimientos no
pretenden dejar las calles. “No nos callaremos delante de la represión
policial y de la criminalización de quien lucha por una vida reguiletes
(pasa manos) y sin prisiones”, afirma.
A continuación la entrevista completa con Leonardo Cordeiro, de Passe Libre:
¿Qué es la averiguación número 1/2013? ¿Cómo la ven el movimiento y los abogados?
En
lugar de investigar los abusos judiciales y policiacos en las protestas
y en las periferias pobres de Sao Paulo, abusos que ya no pueden ser
escondidos, el gobernador, junto con el ministro de Justicia y el Poder
Judicial, instalaron una averiguación policial que no tiene base legal,
para identificar a los manifestantes presentes en los actos. Esta
averiguación es ilegal porque no hay ninguna intención de investigar
algún crimen específico, sino que es una tentativa de identificar e
investigar a personas y encuadrarlas en un grupo de sospechosos a
priori. Sirve para mapear a los manifestantes, guardar informaciones
sobre ellos y amenazarlos en sus casas para que presten declaraciones
sobre cualquier hecho determinado.
El
Movimiento Pase Libre São Paulo, así como diversos juristas y otros
movimientos sociales, entienden que la existencia de esa investigación,
además de ilegal, es la continuación de la sistemática violación de los
derechos de las personas que ya fueron presas ilegalmente, y de aquellos
que se organizan por una vida sin reguiletes.
¿Cómo han sido la acciones para que los militantes den sus declaraciones?
En
mayo pasado, el Departamento de Investigaciones sobre Crimen Organizado
(sí, porque ése es el departamento que nos está investigando) fue a la
casa de diversos militantes del MPL con el propósito de llevarlos a la
fuerza a la delegación, pero nadie compareció. Inmediatamente después
nos amarramos en la Secretaria de Seguridad Pública y conseguimos llamar
la atención por lo ilegal de esa supuesta investigación. Pero
recientemente el gobierno nos volvió a amenazar públicamente.
Con esa práctica, el gobierno y la policía atacan el derecho de ir y venir de los investigados – muchos de ellos ni siquiera participan en las manifestaciones. Cada uno vive con el riesgo de ser arrastrado hasta la delegación, aunque quiera permanecer en silencio. Más tarde será acusado o preso, como sucedió hace pocos días con dos manifestantes.
¿Ustedes creen que los gobiernos han cambiado su estrategia represiva?
Las
estrategias represivas que han sido utilizadas por la policía en Brasil
no son nada nuevas y traen consigo la violencia contra los de abajo.
Tal vez hayan sido perfeccionadas después de las sucesivas e intensas
protestas de los últimos meses. Tal vez haya aumentado el contingente,
completamente desproporcional, que la policía ha usado para cercar,
revisar y constreñir a los participantes de acciones pequeñas y
pacíficas, como debates públicos. Pero la presencia de policías y las
provocaciones son estrategias viejas. También la antigua táctica de
ausentarse misteriosamente de un área donde la población protesta,
indignada, para después resaltar las “consecuencias” de esa ausencia y
la necesidad de represión y de criminalización.
Al
contrario de junio del año pasado, y tal vez justamente por causa de
aquella onda de protestas, las tácticas ya están bien amarradas en una
estrategia afinada con los medios de comunicación y con la justicia
burguesa. Con la justificación de la Copa, diferentes niveles del
gobierno, sus policías y la justicia se articulan y se preparan para un
ataque contundente contra las luchas sociales.
¿Cómo analizan las detenciones (principalmente las de Hideki, Rafael y la del otro Rafael, preso desde junio pasado)?
En
2013, el gobierno del estado de Sao Paulo no consiguió esconder las
cotidianas acciones ilegales de la Policía Militar – PM, y la
selectividad de la justicia en la periferia. Convivimos con prisiones
ilegales para averiguación, revisiones humillantes contra las mujeres,
golpes, y otras formas de cercar el derecho de defender de los
manifestantes.
Las recientes
detenciones y encarcelamientos, con el flagrante forjado por la policía a
los ojos de todos, hizo evidente el escenario que venía siendo
construido y la complicidad del Poder Judicial con los grandes medios de
comunicación, que sustentan las versiones inverosímiles del gobierno.
¿Cuáles son los próximos pasos del Movimiento Pase Libre?
Con
el apoyo de otras organizaciones, el movimiento está impulsando la
justicia un habeas corpus, que pide laminarmente la trampa de la
averiguación n°1/2013, una vez que son diversas sus ilegalidades.
Sabemos, entretanto, que toda decisión judicial es una decisión
política, y que no hay forma de esperar sentados por la pluma del juez.
Sabemos que lo que estamos viviendo es tan sólo una más de las fases de
un sistema criminal orquestado para reprimir a los de abajo, para que no
incomoden, para que no se levanten. Al final, todo preso es un preso
político. Por eso no dejaremos de salir a las calles, no nos callaremos
delante de la represión policial y de la criminalización de quien lucha
por una vida sin reguiletes y sin prisiones.
Fuente: Desinfórmemonos
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