dezembro 15, 2010

"Primero como tragedia, después como farsa”, por Luis Martínez Andrade

PICICA: "Por nuestra parte creemos que la conclusión de Frantz Fanon citado por ŽiŽek (p.116-117) – sigue siendo válida en estos días. Para Fanon, el proyecto europeo está definitivamente terminado, en consecuencia, debemos encontrar otro. No debemos convertirnos en patética caricatura europea. Decidámonos a no imitar a Europa y tensemos nuestros músculos y cerebros hacia una nueva dirección, en otras palabras, seamos capaces de crear al hombre nuevo que Europa ha sido incapaz de parir. Para el autor de Les damnés de la terre nuestro horizonte debe ser “otro” y por ello debemos desarrollar un pensamiento nuevo, esto significa, un proyecto político, ético y epistemológico que tenga como objetivo la liberación económica, social y cultural de los pueblos y las clases dominadas."
theRSAorg | 28 de julho de 2010 | pessoa gosta, 53 pessoas não gostam
In this short RSA Animate, renowned philosopher Slavoj Zizek investigates the surprising ethical implications of charitable giving.

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Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 15-12-2010

Reseña del libro de de Slavoj ŽiŽek
"Primero como tragedia, después como farsa”


Slavoj ŽiŽek nos presenta una exégesis de dos acontecimientos que marcaron el imaginario social en la primera década del siglo XXI: por un lado, el ataque del 11 de septiembre perpetuado en Nueva York en 2001 y, por el otro, el colapso financiero de la bolsa en 2008. Aludiendo por ello a las enseñanzas de El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, el autor sostiene que dichos eventos mostraron la lasitud de la utopía del “fin de la historia” propuesta por Francis Fukuyama y la pertinencia de nuevas formas de praxis comunista. Huelga decir que ŽiŽek no se ampara en un supuesto análisis neutral puesto que para él –influenciado indudablemente por la obra leninista– la verdad siempre es parcial y, por tanto, accesible cuando se toma partido. Esa opción es sin duda alguna el comunismo (p. 5). 

La primera parte del texto, titulada It’s Ideology, Stupid! es un diagnóstico sobre el núcleo utópico de la ideología capitalista que determina nuestras percepciones y, por ende, nuestras reacciones ante la crisis. Para ŽiŽek, la relación asimétrica entre la Wall Street y la Main Street devela la composición estructural y la tendencia ideológica del capitalismo en su presentación neoliberal. Una manifestación de dicha tendencia se expresó en el “rescate bancario” que socializó las pérdidas del capital financiero. Asumiendo diligentemente los consejos de asesores y especialistas en materia financiera de Wall Street, la Main Street cumplió estoicamente las propuestas. Sin embargo es fundamental reconocer que los consejos “aparentemente” económicos son, al mismo tiempo, políticos; por tanto, la politización de lo económico se convierte en un punto medular en los debates contemporáneos. 

La narrativa hegemónica culpabilizó solamente a la bolsa por la crisis, sin abordar la responsabilidad del sistema capitalista. Por ello ŽiŽek subraya la función semántica-ideológica del locus neoliberal que absuelve teleológica –y teológicamente– al capital. Siguiendo a Alain Badiou el autor sugiere que “el capitalismo es el primer orden socio-económico donde los significados son des-totalizados (…) y la dimensión global del capitalismo puede ser formulada sólo en el nivel de una verdad-sin-significado” (p. 25). 

La “estructura de la propaganda del enemigo” refiere al proceso no sólo simbólico sino material de las nuevas orientaciones que fomenta el relato hegemónico, a saber: el cuidado ambiental (eco-capitalismo), la lucha contra la pobreza (PNDU) u otras causas justas, pero en las que se omite deliberadamente la cuestión de la propiedad privada, es decir, el verdadero núcleo del sistema. Al respecto –nos dice el autor– el Manifiesto Comunista concluía que mientras la abolición de la propiedad privada como elemento constitutivo en la producción no sea incluida en la lista de demandas, dicha lista puede ser reconocida y aceptada en las democracias “burguesas” (p. 38). 

Para explicar la función ideológica de la democracia “burguesa” el autor nos recuerda la anécdota de la herradura en la puerta de la casa de Niels Bohr. Se dice que cuando cuestionaron al físico danés sobre la “herradura”, él contesto que no creía en nada pero que mantenía la herradura porque incluso aunque él fuera incrédulo el objeto funcionaba. En ese sentido, para ŽiŽek algo similar ocurre con la democracia pues nadie la toma en serio pero asumimos que funciona aún sin creer en ella (p. 51). 

Asimismo , la “totalidad” como noción crítica sigue siendo válida, pues a decir de ŽiŽek esta categoría no refiere a la armonía oculta en el Todo, sino que incluye dentro del sistema todos sus síntomas y, por tanto, su antagonismo e inconsistencias como partes integrantes (p. 76). De ahí que las reivindicaciones sociales o culturales no deban estar desligadas de la cuestión económica puesto que su omisión puede ser un aliciente para la reificación del sistema. 

La segunda parte del libro, The Communist Hypothesis, es una tentativa de localizar aspectos que permitan la emergencia de nuevas formas de praxis comunistas en la época del “tiempo Apocalíptico”, esto es, “el tiempo del fin del tiempo”. Para ello, el pensador eslavo señala que actualmente podemos encontrar cuatro versiones de la temporalidad apocalíptica: el fundamentalismo cristiano, la espiritualidad New Age, el pos-humanismo tecno-digital y el ecologismo secular (p. 93). 

Para leer más, vá a Rebelión.

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