julho 23, 2014

"En Italia, el futbol de abajo enfrenta al gran negocio", por Jaime Quintana Guerrero

PICICA: "Además de los grandes eventos deportivos mundiales, existen “los locos, los activistas que, en contra del racismo y discriminación, salen desde abajo reinician, atacan y se divierten más”, señala el experto en deportes Iván Compasso."

En Italia, el futbol de abajo enfrenta al gran negocio

 

Además de los grandes eventos deportivos mundiales, existen “los locos, los activistas que, en contra del racismo y discriminación, salen desde abajo reinician, atacan y se divierten más”, señala el experto en deportes Iván Compasso.

Jaime Quintana Guerrero
vamdlt@gmail.com

En contraste con el modelo de futbol negocio, que además está infiltrado por la extrema derecha, en Italia proliferan las asociaciones de gente normal que busca reapropiarse del deporte.
“El fútbol es una pasión que involucra a millones de personas en el mundo; para algunos es casi una religión”, explica Iván Grozny (pseudónimo de Iván Compasso), quien desde hace una década es parte del equipo de la redacción de sherwood.it, portal de información independiente en Italia. Compasso creó y anima el programa sobre deporte y resistencia “Brasil”.

Para el periodista, el futbol “deja de ser sencillamente un juego en una cancha y se convierte en una disputa en un espacio social”, señala en entrevista para Desinformémonos. Este juego “tiene una un impacto en la sociedad que puede ser decisorio y vehículo de ideas y propuestas políticas”.

Lo que está sucede en Brasil evidencia esta problemática, relata el también autor del libro Los ladrones del deporte. “Este punto de ruptura es muy importante y está muy adentro de la cultura para los brasileños”, valora. “Se pone a discusión el modelo de fútbol como negocio artificial, con estadios como fortalezas que impiden a las personas entrar. Es mucho más sencillo organizar un mundial donde no hay democracia que donde la hay”, sentencia.

El periodista revela que la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) –que tiene más afiliados que la Organización de las Naciones Unidas (ONU)- es gobernada por personas que “ponen por delante el negocio y juegan con las campañas contra el racismo y la discriminación. Son campañas hechas sobre todo para la imagen, pero no hay una verdadera voluntad de promover un fútbol cercano a valores”.

Para Grozny, el valor que está al centro de la justa es el económico. Denuncia que hospedar a los grandes eventos deportivos es para los gobiernos la posibilidad de estar bajo la mirada de todo el mundo, y que los beneficios son para los políticos, no para el común de la gente. “Quienes gobiernan el deporte del fútbol se dan cuenta del poder que tiene y se lo apropian, imponen un modelo lejano a lo que debería ser y pasa a ser parte de los intereses de las grandes corporaciones del deporte, como la FIFA”, remata.

Resistencias deportivas organizadas

Iván Compasso y Mauro Valeri escribieron Los Ladrones del deporte, que trata sobre la discriminación en el futbol y las resistencias. El libro expone las reglas que impiden en Europa -y en particular en Italia- que los hijos de los migrantes accedan a este juego.

El libro expone que por cada megaevento deportivo, hay un gran movimiento social de protesta: en un momento en el cual el deporte, en particular el fútbol, es cada vez más un negocio millonario, en diversas partes del mundo surgen formas de resistencia deportiva organizada por personas que no pueden o no quieren formar parte del espectáculo.

Remarca Iván Compasso que “la actividad deportiva es entendida y practicada como un bien común, como la compartición de victorias y derrotas sin buscar los primeros lugares en las clasificaciones. Es una manera para recuperar y redefinir lugares y espacios, donde la competición es un fin que se transforma en un medio para resistir a las jerarquías sociales existentes”. Por esta razón, explica, se crean en todo el mundo asociaciones polideportivas, centros sociales y gimnasios autogestivos, que se reapropian del deporte.

“Con la llegada de Silvio Berlusconi al poder hace 20 años, el fútbol cambió en la manera de entenderlo y de representarlo en la televisión”, relata el periodista. Anteriormente, no se coleccionaban tantos jugadores estrellas adentro de un mismo equipo. El fenómeno comenzó en Milán y se replicó en otros conjuntos en Europa. Luego “la marca Milán se utilizo para difundir una suerte de imagen del hombre ganador, fuerte y exitoso”.

Hay una realidad que contrasta con los grandes equipos. En Padua, por ejemplo, “existe un equipo que se llama San Precario; en Nápoles está el AfroNapoli, porque los jugadores son refugiados o vienen desde África. San Precario nació en abril del 2007, bajo un contexto de crisis muy radical”, relata. En Ancona existe el equipo “Assata Shakur”, nombre de una militante que perteneció al Ejército por la Liberación Negra en Estados Unidos; laFederación Italiana de Fútbol (FIGC) jamás acepto el registro.

En los años noventa, relata Compasso, Alianza Nacional -un partido de derecha- organizó unos seminarios llamados “Una porra como patria”. Ante el vacío político de la afición, la derecha se infiltró, lo que cambió la geografía de los aficionados italianos y fomentó la violencia racista.

Pero algo cambió. “La gente se reapropió de los deportes como un bien común. Nacieron asociaciones polideportivas y equipos de futbol que tienen como características el antifascismo y el antirracismo”, contrasta. Esto sucede en muchas ciudades, como Nápoles, Roma, Florencia, Venecia y Padua.

Deporte al revés, una asociación que Iván Compasso coordina, agrupa a una docena de estas realidades de otra forma de hacer deporte y ofrecer acceso a todo mundo. Realizaron campañas para cambiar leyes como la 40, que no permitía la adhesión de hijos de migrantes a equipos de futbol.
“Fue una victoria la campaña contra la ley 40, pero ahora tenemos una gran batalla, que es sensibilizar a quien gobierna al deporte con otros temas como la discriminación sexual, y la práctica deportiva en lugares que sean autogestivos y no solamente los oficialmente inscritos en la federación”, valora el también activista.

En los últimos 20 años, los grupos de aficionados cambiaron su manera de acercarse, ya que la derecha conservadora invirtió mucho en imponer, dentro de los espacios, elementos que tienen que ver con su manera de hacer política. “Son referencia los grupos neonazis, que influyen en la cultura política de la nación”, explica el experto. “Esto creó un problema sin resolver. Los movimientos sociales ven al deporte como algo no importante; era casi una herejía hablar del tema”.

A finales de mayo de 2014, en Nápoles, la porra de derecha disparó contra un grupo de aficionados que son parte de luchas ambientales contra los basureros. Esto representó, para los aficionados, un punto de quiebre, relata el escritor.

El sábado 17 de mayo se realizó en Hamburgo, Alemania, el torneo de Futbol Antirracista, que unió a asociaciones de toda Europa para hacer un “futbol al revés”. Además de los grandes eventos deportivos mundiales, que crean xenofobia y homofobia, existen “los locos, los activistas que, en contra del racismo y discriminación, salen desde abajo reinician, atacan y se divierten más”, concluye el estudioso deportivo Iván Compasso.

21 de julio 2014

Fonte: Desinformémonos

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