PICICA: "Según
Franco Berardi (Bifo) -filósofo italiano, teórico de los
medios de comunicación y las transformaciones del trabajo, implicado en
movimientos políticos desde los años setenta-, dos niveles más de abstracción
se añaden en nuestros días a la abstracción del trabajo: el gobierno de las
finanzas (un poder sin arraigo local alguno) y las redes virtuales de
comunicación (un intercambio simbólico sin cuerpos). La financierización de la
vida y la virtualización del contacto generan según Bifo nuevas formas de
malestar social, nuevas patologías, nuevos tipos de sufrimiento.
¿Puede
politizarse ese malestar? ¿Qué formas de acción colectiva pueden reconvertir el
sufrimiento en fuerza transformadora? La sublevación (edición española en Artefakt,
edición argentina en Hehkt) reúne una serie de textos escritos
por Bifo al calor de los movimientos de las plazas (primavera árabe, 15M,
Occupy...). La sublevación, tal y como aparece pensada en el libro, es en
primer lugar el levantamiento de los cuerpos explotados, estresados,
deprimidos. El primer paso para la reconstrucción de un cuerpo social capaz de
desafiar el dominio de la híper-abstracción digital y financiera."
"Una sublevación colectiva es antes que nada un fenómeno físico, afectivo, erótico”. Entrevista a Bifo
por Amador Fernández-Savater
Es
una experiencia cotidiana: el trabajo en un contexto capitalista es principalmente el medio para un fin (la ganancia). Un
trabajo indiferente por tanto a su contenido, vaciado de significado,
determinado primordialmente por el dinero. Mantequilla o misiles: lo mismo da,
lo importante es que el producto-mercancía venda en el mercado. Marx lo llamó
“trabajo abstracto” y a partir de él definió el modo de producción capitalista
y su carácter destructivo.
Según
Franco Berardi (Bifo) -filósofo italiano, teórico de los
medios de comunicación y las transformaciones del trabajo, implicado en
movimientos políticos desde los años setenta-, dos niveles más de abstracción
se añaden en nuestros días a la abstracción del trabajo: el gobierno de las
finanzas (un poder sin arraigo local alguno) y las redes virtuales de
comunicación (un intercambio simbólico sin cuerpos). La financierización de la
vida y la virtualización del contacto generan según Bifo nuevas formas de
malestar social, nuevas patologías, nuevos tipos de sufrimiento.
¿Puede
politizarse ese malestar? ¿Qué formas de acción colectiva pueden reconvertir el
sufrimiento en fuerza transformadora? La sublevación (edición española en Artefakt,
edición argentina en Hehkt) reúne una serie de textos escritos
por Bifo al calor de los movimientos de las plazas (primavera árabe, 15M,
Occupy...). La sublevación, tal y como aparece pensada en el libro, es en
primer lugar el levantamiento de los cuerpos explotados, estresados,
deprimidos. El primer paso para la reconstrucción de un cuerpo social capaz de
desafiar el dominio de la híper-abstracción digital y financiera.
***
Abstracción
financiera
1.
¿En qué consiste la abstracción financiera?
Bifo. Nombro así al conjunto de los
automatismos financieros que subyuga la vida real y la producción, vaciándolas
de energía y de poder político.
2.
¿En qué sentido la abstracción financiera vacía el poder político?
Bifo. Es algo muy obvio que todos hemos
entendido en los últimos años: las instituciones de la democracia política no
pueden nada frente a la prioridad de la abstracción financiera. La liquidación
del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, el día mismo que propuso un referéndum
sobre el “plan de ayuda” del BCE al Estado griego en 2011 fue la declaración
final de la anulación de la democracia en el continente europeo. Las
tradiciones humanistas e ilustradas quedaron igualmente barridas de un plumazo
ese mismo día.
3.
Explícate.
Bifo. El humanismo es esencialmente el
movimiento por el cual la voluntad humana se emancipa de la tutela divina. Por
su lado, la Ilustración proclama la superioridad de la Razón y de la Ley sobre
la fuerza de los "animal spirits"
del egoísmo económico. Pues bien, God is back, la
potencia superior de lo divino sobre la voluntad humana regresa, pero ahora con
la forma del capital financiero. Las leyes no tienen hoy ninguna fuerza frente
a la circulación global de los algoritmos financieros, ni ante la potencia
desterritorializada de las empresas globales.
4.
¿Pero no sido siempre así en la historia del capitalismo? ¿Por qué sería esto
una novedad?
Bifo. Creo que la clase financiera es
distinta a la clase que en los siglos de la modernidad conocimos como
burguesía. La burguesía se enriquecía gracias a la explotación de la clase
obrera, pero también gracias a la producción de bienes útiles para la vida
social. Es una clase que acumula plusvalía a través de un proceso de producción
de bienes útiles. Sin embargo, la clase financiera -o, mejor dicho: el conjunto
de los automatismos financieros- se enriquece a través de la
destrucción del valor producido, a través de la privatización de
los bienes comunes. La plusvalía de las financias es una minus-valía desde el punto de vista social.
Por
otro lado, la burguesía tenía una fuerte territorialización ciudadana y
nacional, mientras que la clase financiera es una clase totalmente
desterritorializada, incapaz de identificarse con ningún lugar específico.
Malestar
social
5.
¿Qué efectos tiene la abstracción financiera sobre el cuerpo vivo de la
sociedad?
Bifo. Ya no hay continuidad en la
experiencia del trabajo: no se llega cada día al mismo lugar, no se cumplen las
mismas rutinas, no se encuentra a las mismas personas. El trabajador mismo ya
no existe como persona, es el productor intercambiable de fragmentos de
tiempo/trabajo conectados en una red global.
El
tiempo vivido por los trabajadores precarios se fragmenta -o, mejor dicho, sefractaliza-
al tener que adaptarse constantemente a los requerimientos de la producción.
Pero tengamos en cuenta que el cuerpo vivo tiene sus pulsiones, su
sensibilidad, su tiempo y sus deseos. La abstracción financiera superpone un
tiempo espasmódico, en constante aceleración, a la sensibilidad del cuerpo
individual y colectivo.
6.
Produciendo por tanto efectos a nivel individual y colectivo, ¿no? ¿Cuáles son?
Bifo. Las patologías causadas por la
aceleración y la competición agresiva se manifiestan a nivel individual como
una verdadera epidemia de sufrimiento mental, psíquico, emocional. Las crisis
de pánico, los problemas de atención, la soledad competitiva, la depresión... A
nivel colectivo, la consecuencia es la crisis de la solidaridad social. Cada
individuo percibe a los otros esencialmente como competidores y no como cuerpos
afectivos.
Abstracción
digital
7.
A la abstracción financiera se le añade una abstracción digital, ¿en qué
consiste, cómo opera?
Bifo. La abstracción digital es el efecto
de la aplicación de las tecnologías de virtualización a la comunicación entre
los seres humanos y su operatividad se manifiesta como intercambio lingüístico
sin cuerpo, como escisión entre palabra, cuerpo y afectividad.
8.
En el libro analizas los efectos “éticos” de la virtualización del contacto,
¿cuáles son?
Bifo. Para mí, ética y estética están
íntimamente relacionadas: la parálisis ética, la incapacidad de gobernar
éticamente la vida individual y colectiva, proviene de una perturbación de la estesia,
es decir, de la percepción de la continuidad sensible del propio cuerpo en el
cuerpo del otro. De una comprensión erótica del otro. La virtualización del
contacto produce un efecto de de-sensibilización emotiva, de soledad
relacional, de fragilidad psicológica.
9.
Quizá es algo que podemos entender mejor a partir de la diferencia que haces en
el libro entre “lógica de conjunción” y “lógica de conexión”.
Bifo. La conjunción es un intercambio en
el cual los cuerpos se ponen en relación recíproca de manera tal que cada
comunicación se manifiesta como singular, irrepetible. La simpatía, es decir,
el sentir compartido (sym-pathos), es la
dimensión general del intercambio conjuntivo.
Pero
mientras que la lógica conjuntiva implica la interpretación de la dimensión
gestual, corporal y de las implicaciones emocionales (con sus ambigüedades y
matices), la lógica conectiva reduce la relación con el otro a pura
descodificación de una sintaxis, a un contacto funcional dentro de estándares
predeterminados. Es el caso de Facebook.
El
proceso de mutación que se desarrolla en nuestra época está centrado en el
cambio de la conjunción a la conexión como paradigma del intercambio entre los
organismos conscientes.
La
sublevación
10.
Entre 2010 y 2013 se activaron movilizaciones masivas en Inglaterra, Túnez,
Egipto, España, Grecia, EEUU, más tarde en Brasil y Turquía, ahora en China...
Las características y los objetivos de esas movilizaciones han sido muy
diferentes, como diferentes son las condiciones políticas y culturales de los
diferentes contextos. Pero tú consideras que esa serie de levantamientos forman
parte de la misma onda, ¿por qué?
Bifo. Creo que sí, porque todas esas movilizaciones,
incluyendo las que se dieron en las ciudades árabes, tenían desde el comienzo
una misma voluntad de reactivar la solidaridad y la dimensión física de la
comunicación social. Los trabajadores y los estudiantes rebeldes intentaron en
primer lugar crear condiciones deconjunción directa, física y territorial para
salir de la alienación virtual.
¿Por
qué ocupar una plaza, una calle o un territorio cuando sabemos muy bien que
allí no reside ningún poder político y que el sistema financiero no se localiza
en una dimensión territorial? Porque la primera cosa que necesitan los
trabajadores precarizados es la reactivación de una dimensión afectiva y
territorial que permita reconstruir las condiciones emocionales de la
solidaridad. Me parece que ese es el sentido de la toma de las plazas, de las
acampadas. Una sublevación colectiva es en antes que nada un fenómeno físico,
afectivo, erótico. La experiencia de una complicidad afectuosa entre los
cuerpos.
11.
¿Cómo se “organiza” una política así, mediante qué formas, instituciones, etc.?
Bifo. Me gusta poner la imagen del mantra:
el mantra es una respiración colectiva armónica, una metáfora de lo que en la
dimensión política llamamos solidaridad. La organización que imagino no pasa a
través de la democracia representativa, ni de una organización centralizada
como fue el partido leninista del siglo XX. Tiene más que ver con el ritmo de un mantra.
12.
¿Qué balance haces de la onda de movimientos que se activó en 2011? ¿Qué
potencias y límites ha encontrado?
Bifo. El balance es ambivalente. Por un
lado, podemos decir que los movimientos de las plazas no lograron frenar ni un
ápice la explotación financiera, la imposición de la deuda, la destrucción y
privatización de los bienes comunes. En ese sentido podemos hablar de fracaso.
Pero creo que debemos valorarlos desde un punto de vista evolutivo más largo.
Estos movimientos han revelado la dimensión afectiva de lo social. Es la
condición necesaria para emprender un movimiento de recomposición de los
saberes comunes -científicos, técnicos, afectivos, organizativos- por fuera de
la explotación capitalista.
13.
¿Cómo piensas una posible alianza entre lo digital y la dimensión “física” de
la rebelión?
Bifo. Las nuevas tecnologías han sido y
siguen siendo herramientas para la ampliación de la comunidad, aunque sólo
virtual, y para la coordinación de iniciativas y acciones a nivel global. Pero
sólo la presencia física y territorial puede activar la empatía y la
solidaridad. Al mismo tiempo, en términos de eficacia, las acciones más
exitosas en términos de sabotaje del dominio imperial han sido acciones como
las de Assange y Snowden que se desarrollan en la dimensión digital. La acción
subversiva es muy eficaz cuando se desarrolla en la esfera digital, cuando se
infiltra en el interior de la dimensión algorítmica del capitalismo.
14.
En España, varios dispositivos más o menos “partidarios” surgidos a partir del
15M apuntan a “tomar el poder político” en sus diferentes escalas (nacional,
regional, municipal), aprovechando un vacío creado por la deslegitimación
radical del sistema de partidos instalado en la Transición española, ¿qué papel
crees o imaginas que pueden tener las instituciones estatales en la promoción
del cambio social que proyectas en el libro?
Bifo. Las nuevas organizaciones políticas,
como Syriza y Podemos, pueden ser muy útiles para la resistencia de los
trabajadores, para la supervivencia en condiciones de empobrecimiento y
disgregación social. Pero no creo que puedan hacer mucho contra el poder
financiero, ni para favorecer la liberación de las energías intelectuales del
trabajo por fuera de la dominación capitalista.
La
frase "yes, we can" de Obama fue más un exorcismo contra
la impotencia de la política y de la voluntad que un programa. El hecho de que
la máxima autoridad mundial diga “podemos” es el signo de que algo no funciona,
un sentimiento de impotencia que la política no puede admitir pero que es
evidente. Seis años después de su primera victoria, Obama tiene que reconocer
que no puede salir de la “guerra infinita” bushista, que no puede parar la
devastación del medio ambiente, que no puede modificar la tendencia hacia la
concentración de la riqueza.
No
podemos, esa es la verdad. El tiempo de la voluntad y de la política se acabó.
Tenemos que desplazar la energía social hacia una dimensión que no es ni la
democracia representativa ni la subversión política, sino la imaginación de
nuevas formas de organización del conocimiento y de la producción, la creación
de una plataforma técnica y política para la auto-organización de la
inteligencia colectiva (fuerza productiva principal del tiempo presente).
15.
Creo que para tí la política consiste en una “mutación antropológica” (como
decía Pasolini, aunque él la temía). ¿Cómo se puede pensar esa “mutación
antropológica” por fuera del esquema revolucionario tradicional del “Hombre
nuevo” que ha causado tantos estragos en el siglo XX?
Bifo. Pasolini temía justamente la
mutación antropológica producida por el capitalismo tecnológico y global, y su
miedo tenía buenas razones. Nos encontramos en la situación de uniformización y
de violencia psíquica interindividual que él presagiaba hace cuarenta años.
Tenemos que imaginar una salida antropológica de la mutación antropológica
uniformizadora que impone el capitalismo global, pero una salida distinta a la
del siglo XX.
Las
utopías de la modernidad se fundaron sobre la exaltación testosterónica de la
juventud. Fueron utopías violentas y esperanzadas (esto es, en última instancia
desilusionantes, consagradas al arrepentimiento). Nuestras fuerza ya no puede
basarse en el ímpetu juvenil, la agresividad masculina, la batalla, la victoria
o la apropiación violenta, sino en el gozo de la cooperación y el compartir.
Reestructurar el campo del deseo, cambiar el orden de nuestras expectativas,
redefinir la riqueza, es tal vez la más importante de todas las
transformaciones sociales.Fuente: Lobo suelto
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