PICICA: "El secularismo, una de las conquistas más brillantes de la humanidad, garantía para evitar conflictos entre los fanáticos religiosos (pues el principal adversario de un religioso es otro religioso y no un ateo), sucumbe hoy ante el hábil juego del chantaje-victimismo de quienes controlan la espiritualidad de los fieles."
Terreiro de Jauá do Pai de Santo (Tata de Niksi) Laércio Sacramento, em Lauro de Freitas, BA
¿Ateísmo? Sí, gracias
Las religiones se multiplican, y en su pulso por hacerse con más fieles, y así con más poder, provocan distintas modalidades de guerras religiosas. De paso, propagan sus reglamentos totalitarios y desahucian al pensamiento racional del espacio de la reflexión. Esa vasta oferta religiosa hace que la crisis de fe, que antaño llevaba al creyente a cuestionar los fundamentos de su cosmología (a menudo racistas, androcéntricos, belicistas, cruel hasta con los recién nacidos), ahora termine en la conversión a un credo de similares características. Que hoy la implicación de los jefes religiosos en asuntos turbios no escandalice a sus adeptos es porque aquellos dioses, creados por un primitivo ser humano hace miles de años, eran a su imagen y semejanza.
El secularismo, una de las conquistas más brillantes de la humanidad, garantía para evitar conflictos entre los fanáticos religiosos (pues el principal adversario de un religioso es otro religioso y no un ateo), sucumbe hoy ante el hábil juego del chantaje-victimismo de quienes controlan la espiritualidad de los fieles. Los ateos, unos desde la condescendencia, menosprecian el peligro de la capacidad de la fe –siempre ciega-, en movilizar a entregados devotos, y otros levantan la bandera antirreligiosa, dividiendo a los ciudadanos por su credo.
Hoy, es más vigente que nuca el lema: “¡trabajadores de todo el mundo, uníos!” contra el gremio mundial de caraduras que siguen vendiendo el cielo a los pobres, quedándose las riquezas de la tierras.
Respetar a un devoto no significa tolerar sus irracionales convicciones. El contenido de los libros sagrados debe ser debatido sin censura, para democratizar el acceso a una información que ha estado bajo el control abusivo del clérigo.
Sería un milagro construir una sociedad justa y libre con una ciudadanía que acepta arcaicos dogmas sin contrastarlos, justifica las desigualdades económicas y sociales en nombre del destino asignado y que, rehén de los miedos, base sus principios en una moralidad mercantilizada, pendiente de castigo y recompensa.
Un ateísmo valiente y comprometido es aliado de una espiritualidad libre y sin “médiums”.
Fuente: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/189/%C2%BFateismo-si-gracias/
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Fuente: Rebelión
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